Durante el parto, es muy importante que controles tu respiración, ya que si consigues coordinarla con las contracciones, esto te dará energía, te calmará y ayudará a que el bebé nazca. Concéntrate en tu respiración cada vez que sientas una contracción, toma el aire por la nariz y expúlsalo lentamente por la boca. Cuando ya hayas dilatado completamente, toma aire profundamente y mantenlo, para empujar simultáneamente con los músculos del abdomen.